Las fuerzas kurdoárabes apoyadas por Estados Unidos anunciaron este sábado el fin del “califato” autoproclamado en 2014 por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) tras haber conquistado el último reducto de esa organización yihadista en el este de Siria. La conquista de la totalidad de Baghuz, una localidad sobre el río Eufrates, cercana a la frontera con Irak, marca el fin territorial del Estado Islámico en Siria, después de su derrota en el país vecino en 2017.
“Las Fuerzas Democráticas Siria (FDS) declaran la eliminación total del supuesto califato y una derrota territorial del Estado Islámico del 100%”, declaró un portavoz de las FDS, Mustefa Bali, en un comunicado.
Al término de meses de combates encarnizados, las FDS lograron conquistar las últimas posiciones de los yihadistas en Baghuz, en la provincia de Deir Ezzor.
Los combates fueron muy violentos frente a los últimos e irreductibles combatientes del Estado Islámico, pero la bandera victoriosa de las FDS flamea en Baghuz, declaró el portavoz.
En el suelo, a unos metros del río, yacía una bandera negra del EI, constató un periodista de la AFP.
En su momento de mayor influencia, en 2014, el Estado Islámico llegó a controlar en Irak y Siria un territorio equivalente al de Reino Unido.
La organización impuso un régimen de terror en las zonas de Irak y Siria bajo su control y cometió numerosos atentados en Turquía, en varios países europeos y en Estados Unidos.
El asalto final de las FDS contra el Baghuz, el último reducto yihadista, lanzado en febrero, fue la última fase de una ofensiva lanzada en septiembre de 2018.
Faltaba una colina
La campaña militar, apoyada por la aviación y la artillería de la coalición internacional dirigida por Estados Unidos, se vio frenada en las últimas semanas por la salida de decenas de miles de personas, entre ellas miles de yihadistas, que se rindieron con sus familias.
Los yihadistas quedaron cercados al final en una pequeña franja de territorio al borde del río Eufrates.
Sólo quedaba una “colina controlada por el EI”, según un responsable de las fuerzas kurdoárabes.
En las últimas horas los combatientes de las FDS estaban desplegados en los tejados de la mayoría de los edificios aún en pie de Baghuz, una localidad en ruinas al cabo de seis meses de bombardeos y combates.
En la noche del viernes, la Casa Blanca anunció que el “califato territorial del EI había sido eliminado en Siria”, pero poco después las FDS aseguraron que los combates continuaban. Hubo bombardeos hasta el viernes por la noche.
Los últimos yihadistas se escondían en túneles y sótanos de Baghuz, indicó por su parte el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Desde septiembre, más de 750 combatientes de las FDS y casi 1,500 yihadistas murieron en los combates, afirmó el OSDH.
Atacar a los “enemigos”
Desde comienzos de enero, más de 67 mil personas salieron del último reducto del EI, entre ellos 5 mil yihadistas que se rindieron y fueron trasladados a campos de prisioneros, principalmente al de Al Hol (noreste).
Unas horas antes de la derrota, el EI difundió un vídeo en las redes sociales, rechazando las declaraciones sobre un fin inminente del “califato” y llamando a sus partidarios a perpetrar ataques contra “los enemigos” en Occidente.
En los últimos dos años, el territorio controlado por el EI se redujo considerablemente tras las ofensivas contra la organización yihadista en todos los frentes.
A medida que acumulaba derrotas y pérdidas territoriales, el Estado Islámico se reorganizaba en una organización clandestina, logrando asestar golpes sangrientos a sus enemigos.
La lucha contra el EI era el principal frente de la guerra en Siria, que desde marzo de 2011 causó la muerte de más de 370 mil personas.
En los últimos tres años, el gobierno del presidente Bashar al Asad reconquistó, con el apoyo de Rusia e Irán, dos tercios del país.
La guerra en Siria, desencadenada por la represión de manifestaciones favorables a la democracia, se complicó a los largo de los años con la implicación de potencias extranjeras y grupos yihadistas./Milenio