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La receta de la leche frita es un postre muy rico y fácil de hacer, consiste básicamente en leche, a la cual se le somete a un sencillo tratamiento para que obtenga un sabor delicioso y espese un poco. Después se reboza y se fríe. Es una receta que, aunque conlleva algo de trabajo, es muy fácil de hacer.
El secreto para que este postre quede delicioso está en el punto de la cremosidad de su interior. Debe quedar lo suficientemente sólida para que no se deshaga pero, lo suficientemente cremosa para que no quede demasiado dura. Así que es muy importante medir las cantidades para que la leche frita quede realmente deliciosa.
Ingredientes:
- 500ml de leche
- 200ml de leche+100g de maizena
- cáscaras de limón y naranja
- 1 rama de canela
- 3 yemas de huevo
- 75 ó 100g de azúcar
- 1 vainilla
- 20g de mantequilla
- harina y huevos para rebozar
- 75g de azúcar y 1 cucharadita de canela en polvo, para el final
- Aceite
La preparación de la leche frita casera:
- Ponemos los 500ml de leche en un cazo. Añadimos la rama de canela, las cáscaras de limón y naranja, cantidad al gusto y, sin añadir la parte blanca que amarga mucho, la vainilla abierta por la mitad (retiramos las pepitas de su interior para, añadírselas también aquí) y la mantequilla. Calentamos hasta que esté a punto de llegar a ebullición y llegados a este punto, apagamos el fuego tapamos. Dejamos infusionar 30 minutos
- Pasado el tiempo, en un bol ponemos las yemas de los huevos y el azúcar. Batimos con una varilla hasta que espumeen un poco los huevos. Después, en un vaso ponemos los 200ml de leche mezclados con la maizena. Batimos con un tenedor hasta que no queden grumos. Añadimos esta mezcla a la mezcla de huevos y azúcar y volvemos a batir bien hasta obtener una masa homogénea, lisa y sin grumos. Esta será la base de nuestra leche frita.
- A la leche que teníamos infusionando, le retiramos las cáscaras, la rama de canela y la rama de vainilla. Volvemos a calentar a media ebullición (unos 50-60º) y añadimos la mezcla del paso anterior. Comenzamos a remover con la varilla y seguimos haciéndolo durante uno dos minutos. Veremos cómo de, casi de forma inmediata, comienza a espesar la mezcla
- Ponemos esta mezcla en un molde o fuente que tengamos en casa. Es importante que tenga cierto espesor así que, no elijas uno muy grande. Entre 1 o 2 cm de espesor estará bien. No suele ser necesario pero, puedes untar este molde con un poco de mantequilla, para que no se pegue. Al principio, veremos cómo la leche parece muy líquida pero, esto tiene que espesar mucho más aún. Tapamos con papel transparente de cocina, de tal forma que el papel quede en contacto con la leche, para que no le salga costra y dejamos que se temple un poco, a temperatura ambiente. Después metemos todo a la nevera y dejamos un mínimo de 4 horas. Mejor si es una noche entera
- Pasado el tiempo la leche frita ya tendrá una consistencia mucho más espesa. Seguirá siendo muy cremosa y delicada pero, será maleable. Así que, con cuidado la cortamos en porciones rectangulares, o cuadradas, de unos de 3 a 5 cm de lado. Pasamos cada pieza por harina, después por huevo batido y freímos en abundante aceite.
- Cuando estén dorados, y calientes en su interior retiramos del aceite y los colocamos en papel absorbente un par de minutos para retirar el exceso de aceite. Mientras tanto, en un plato ponemos en un plato unos 75g de azúcar y una cucharadita de canela en polvo. Mezclamos bien un tenedor y rebozamos la leche frita por esta mezcla. Es mejor hacerlo cuando aún esté templada para que coja mejor esta mezcla.